martes, 19 de junio de 2007

Sobre la falsedad etiquetaria...

¿Porqué demonios no pueden decir la verdad en las etiquetas de los productos?
Porque claro, nadie compraría un desodorante si en vez de decir " protección las 24 horas", dijera " vas a apestar dentro de hora y media".
Por supuesto, no es que me haya sucedido algo así a mí, claro...

Post-homenaje...

Hoy estuve platicando con un amigo al que hace tiempo no veía, y la conversación tomó ese rumbo, no deseado pero inevitable, que toman por lo general las conversaciones con los viejos amigos que hace rato no se ven: hablamos de nuestras vidas sentimentales, o lo que es lo mismo, de esa secuencia interrumpida de relaciones con otros seres de la especie, relaciones que típicamente finalizan con dolor, lágrimas, y una dotación de traumas nuevos.
El muchacho finalmente me dijo que había estado escribiendo últimamente una serie de poemas -y un cuento corto- acerca de su exnovia, de lo que ella fue para él, etc. Y me dijo que todo esto le ayudaba a curarse la herida, y que lo hacía a modo de post-homenaje.
¿Homenaje?
Yo me puse a pensar que, si tuviera que decir unas palabras, a manera de post-homenaje, para mi ex, yo sólo diría que...que si...
Diría que si una función g( x) se define como la integral de cero a x de otra función f(t), entonces la función derivada g' (x) es igual a f(t).
No sé si podría haber para él un post-homenaje mejor.

Manspider

El otro día estaba yo con la mente puesta lo más lejos posible de la realidad presente - como me sucede con frecuencia-, cuando la conversación de unos entes sentados frente a mí en el camión me trajo repentinamente de vuelta al mundo en el que habito. No sé porqué me llamó la atención su plática, tal vez sólo porque hablaban demasiado fuerte, pero el caso es que acerté a captar que hablaban de la película Spiderman 3. Estúpidas películas domingueras, pensé, y mi yo interior volvió a emprender la huida.
Entonces me puse a pensar, que sería divertido que hicieran una película más o menos con este argumento:
Un día, un humano radioactivo -con lo que comemos hoy en día no sería raro que hubiera- muerde a una araña, y entonces la araña comienza a tener poderes de humano.
Sí, poderes de humano, ya saben, comienza a preguntarse sobre el sentido de su existencia, a hacerle daño sin razón a otras arañas, a buscar verdades ocultas como cual es el origen del universo y cosas así, a amar y aferrarse a las cosas, a tener sentimientos como culpa y vergüenza, a tratar de hacer fuego para cocinar a los bichos que caen en su telaraña, y demás cosas raras como las que hacemos los humanos.
Finalmente cree haber encontrado el amor en una araña hembra, pero ella no piensa lo mismo y se lo come.
Lo único que me falta por determinar es ¿porqué un humano radioactivo mordería a una araña?
¿Alguna idea?

lunes, 18 de junio de 2007

Raro, raro...

Es extraño este rollo de los antidepresivos... como que me hace pensar.
Si una substancia química puede hacer que una persona se sienta más feliz, si puede quitarle algo que le es tan sagrado e inherente como lo es su tristeza, entonces ¿donde queda nuestra personalidad?
Si es verdad que nuestra bioquímica es lo que nos hace ser quienes somos, entonces...

¿quiénes somos?

¿Suicida?

Algunas veces me siento así. Como cuando salgo a la calle y no miro a los lados. O cuando me pongo a jugar con el cuchillo que guardo en mi cajón de la ropa interior ¿ que estoy haciendo? Acaso estoy tentando a la vida para que me abandone. Acaso le estoy diciendo vete de aquí, no te necesito. No me importa lo que te pase. No me importas aunque fuera cierto que después de tí no hay más y que eres todo lo que tengo. Por orgullo soy capaz de morirme de tristeza ¿ estoy loca? Seguro que sí.
Y cuando salgo a las calles a caminar de noche, vestida como muerta, con mi cara de muerta, al grado de ue una señora con un hijo retrasado se voltea y le dice qué miedo al verme pasar, cuando salgo de noche a espantar pesadillas, con la certidumbre de que cuando vuelva a dormir ahí estarán de nuevo, cuando huyo y me escondo como de la peste de la gente que me quiere, que me ha querido o que potencialmente me podría querer, cuando me paraliza el fatalismo... ¿que estoy buscando? Porque me gusta pensar que todo esto son algo más que los síntomas de un problema psicológico, causado tal vez por un desequilibrio enzimático o por alguna irregularidad en la función de los neurotransmisores, no, esto responde a una búsqueda, una búsqueda por lo general involuntaria pero constante.
¿ que estoy buscando?
Aquí, ante esta pregunta, es donde siempre me detengo.

miércoles, 13 de junio de 2007

Instrucciones para hacer una pausa en la lectura...

...pero es leer durante muchas horas, bajo la luz cálida y casi humeante de una lámpara de escritorio, que mira hacia abajo, resignada. Quitar la vista de las letras para levantar la cabeza, por primera vez desde hace quién sabe cuánto tiempo, sólo para mirar la habitación de siempre, con sus paredes de siempre y sus estantes de siempre llenos de los libros de siempre. Suspirar, pasarse la lengua por los labios, bajar suavemente la mirada y advertir cómo la luz dorada atraviesa sus pestañas, casi acariciándolas. Presenciar inmóvilmente cómo se nos escapa sin remedio la idea que pudo servir para escribir un cuento, o alguna otra cosa, algún texto que nunca existió y ahora ya nunca existirá. No hacer nada por perseguirla, saber que ya vendrán otras, suspirar de nuevo, y continuar leyendo...

viernes, 8 de junio de 2007

Duda existencial...

¿Alguien sabe cómo se llaman esas cositas de plástico que hay al final de las agujetas?

jueves, 7 de junio de 2007

Nueva unidad de medida

En la bella ciudad de clima tropical en la que vivo, sucede que el Sol alumbra con un entusiasmo casi insoportable durante unas cuantas horas cada día - entiéndase de 7am a 7 pm, aproximadamente -. Algunas personas allegadas a mí, y yo también, por supuesto, presentamos ese fenómeno conocido por los fisiólogos como fototaxismo negativo, lo cual quiere decir que nos movemos, por lo general, evitando en lo posible exponernos a la luz solar, a diferencia del fototaxismo positivo, que es el que presentan las plantas y algunos bichos.
Después de darnos a la ardua tarea de investigar este fenómeno, nuestro equipo de biólogos llegó al descubrimiento de una nueva ley física que se aplica en nosotros: la velocidad de nuestros cuerpos en movimiento es directamente proporcional a la cantidad de energía luminosa recibida. En castellano: entre más fuerte esté el Sol, caminamos más rápido.
Esto se debe a que cuando nos da el sol de manera directa avanzamos más rápidamente para llegar lo más pronto posible a una sombra. hemos llegado a la conclusión de que nuestra velocidad, expresada en metros por segundo por fotón, es una cantidad constante. Esperamos que el metro por segundo por fotón sea reconocido como unidad de medida del Sistema Internacional muy pronto.
Nuestro equipo de biólogos, junto con un grupo de físicos profesionales, ya está trabajando en pruebas de campo para determinar el valor de dicha constante.

Yo, Diana

Si aceptáramos que los robots reales siguen las mismas tres leyes de la robótica que en los cuentos de Isaac Asimov, entonces, Yo, Diana, definitivamente no soy un robot.
1. A veces hago daño a otros seres humanos
2. No me gusta obedecer órdenes
3. A veces me hago daño a mí misma, y no siempre tengo ganas de proteger mi propia existencia.
Por lo tanto, no soy un robot, a menos...
A menos de que fuera uno con una anomalía muy severa en las sendas de mi cerebro positrónico.
Y esto explicaría tantas cosas...