A veces me da mucha tristeza. Tanto, que creo que no voy a poder soportarla y me voy a morir. Pero nunca me muero. Ciertos días me pregunto en serio si será cierto que me voy a morir algún día. A veces pienso que no. Todo el mundo, todo lo que el mundo puede ser para mí, sólo puede existir en tanto yo estoy aquí presente. Por lo tanto, no hay más mundo que el mío. No hay más tiempo que yo.
Lo cual significa que existiré por siempre.
De pronto la palabra siempre me suena atemorizantemente breve.