viernes, 6 de julio de 2007

Verdadera duda existencial

Está bien, admito que estoy obsesionada.
Pero esto es algo que definitivamente tengo que saber.
No recuerdo de dónde lo saqué, dónde lo leí o escuché por primera vez,de hecho comienzo a pensar que lo soñé, pero tengo la idea de que existe en Yucatán un pueblo llamado Microondas.
No lo estoy inventando. Tengo la impresión de que lo vi en un mapa del estado, alguna vez. Es que me niego a pensar que me lo imaginé.
Pero es que si existe un pueblo llamado Microondas, tengo que conocerlo. Tengo que saber porqué le pusieron ese nombre, tengo que saber si todos sus habitantes tienen hornos de microondas.
Sin embargo, he investigado, y no lo encuentro en ningún mapa, nadie sabe de él, me da pena preguntarlo en los módulos de información turística y el Internet aporta evidencia confusa al respecto.
Por favor, si alguien sabe de la existencia de ese pueblo, ha estado allí, o si alguien es microondiano, por favor, que me lo diga lo más pronto posible.
No quiero pensar que simplemente me lo imaginé porque eso me preocuparía.

4 comentarios:

Jorge dijo...

Seguramente exista ese lugar o existió o existirá. Incluso puede que “solo” lo hayas soñado o esté en el plano de la imaginación…lo cual no lo hace menos real. La inconsciencia que vivimos durante el sueño no es más lo que la consciencia no se atreve a conocer.

LêA Holubii dijo...

Diana:
No estás equivocada: sólo desactualizada. Existió, en Yucatán, y durante un tiempo determinado, un pueblo llamado Microondas. Y cuenta una de las historias más curiosas y extrañas de la geografía universal. En un comienzo, el pueblo se llamaba Ondas. Tenía una creciente industria, y el futuro se mostraba prometedor para sus pobladores. Hasta que un día, cuando en el pueblo se realizaba el Censo de Población y Territorios, atónitos funcionarios descubrieron que la superficie de Ondas había decrecido, considerablemente, creo que la cifra inicial era de 160 km2. Científicos locales comenzaron a interesarse en el asunto, y la prensa nacional se acercó al pueblo cuando, a los 8 meses, la extensión del territorio de Ondas había decrecido un 300% más. Poco tiempo después Ondas era menos de un sexto de lo que había sido en un comienzo. Y en ese momento, la situación se estabilizó. Ondas se mantuvo con la misma superficie durante varios años, incluso anualmente se realizaba una fiesta local, en donde se le pedía a Dios que mantuviera un año más el territorio tal cual como estaba. Fue en esa época cuando se decidió rebautizar el pueblo, bajo el correctísimo y muy acertado "Microondas" (cabe destacar que esto sucedío mucho antes que este aparato se hiciera casi indispensable para un alto porcentaje de las amas de casa de todo el mundo). Se fomentó la difusión del hecho, con la esperanza que, al menos como curiosidad y atracción turística, esta fatalidad territorial deparára algun tipo de beneficio a la población. De esos años debe provenir el mapa en el que viste ese pueblo, se imprimieron muchos en esa época, dentro de ese afán de publicidad que se apoderó de Microondas durante algún tiempo. Aunque claro, no tardó demasiado en llegar el día en que volvió a comprobarse una disminución del territorio, y todos temieron lo peor. Y lo peor sucedió, y sucedió tan repentinamente, tan de un día para el otro, que la mayoría de los habitantes de Microondas que se mantenían fieles a su tierra, desaparecieron con los últimos vestigios de esa tierra, que literalmente se vió tragada en el espacio, dejando miles de mapas obsoletos, y a millones de personas dudando de la existencia de un pueblo que fue real, y que trágicamente perdió trascendencia y existencialidad.

De esta leyenda, surge la frase que aún hoy se utiliza en ciertos países latinoamericanos: "Estamos en el horno", queriendo decir con ella "estamos condenados" o "nuestro territorio se achica lentamente".

Y, aunque demoró alrededor de 5 meses, mi respuesta llegó...

Patty dijo...

Todavía existe, vivo en yucatán y en un viaje de paseo me llamo la atención el nombre del pueblo, cuando lo comente no me creyeron, incluso las personas que me acompañaban ese día, y si estoy buscando alguna señal de que no me lo invente, pero aun así sigo con la duda, me prometí que la próxima ves que valla le tomaría una foto.

Patty dijo...
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